Según el artículo “El uso de feromonas de insectos en la agricultura” de la investigadora Pamela Ramírez de Lucas del Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura de Francia, se han identificado diversos usos de las feromonas en el manejo de plagas:
- Monitoreo de poblaciones. Consiste en atraer a las plagas a trampas con feromonas. Aunque no busca controlar directamente los insectos, esta práctica permite determinar la fecha de aparición de los primeros adultos según las capturas obtenidas.
- Trampeo sexual. Dirigido al control directo de los insectos, se trata de atraer la mayor cantidad posible de adultos de un sexo hacia trampas envenenadas que contienen feromonas sexuales sintéticas emitidas por el sexo opuesto.
- Confusión sexual. Este método implica la difusión de grandes cantidades de feromonas en las parcelas para confundir a los machos, especialmente en los lepidópteros. Al no distinguir entre las señales de las hembras vivas y las feromonas sintéticas, los machos son incapaces de localizar a sus parejas para la reproducción, lo que resulta en una disminución significativa de la población de la plaga en la siguiente generación.
- Trampeo masivo. Proporciona buenos resultados cuando las densidades de la plaga son bajas, pero las capturas pueden disminuir en épocas de alta población.
- Atracción hacia los bordes. Esta estrategia combina la siembra de hileras de plantas tratadas con insecticidas y la colocación de difusores de feromona entre ellas para atraer a los insectos hacia las plantas envenenadas.
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