Las compañías encargadas del servicio de alimentación en los penales dan capacitación a los reclusos sobre la preparación de alimentos, técnicas de elaboración, cómo sazonar y usar los equipos de cocina de forma correcta, etc.
El uso de utensilios de cocina puede ser peligroso, especialmente cuando se trata de un penal, por eso hay personas encargadas de asesorar y vigilar que haya orden. En las cocinas de los centros de detención los cuchillos están despuntados y son guardados en lugares específicos para evitar cualquier altercado, además las mesas son ancladas y es obligatorio llevar un registro de los instrumentos que son utilizados durante la preparación de alimentos.
Cada seis meses se abren las capacitaciones y son los propios reclusos quienes solicitan participar en estas actividades. Los que ingresan tienen un seguimiento constante para mejorar sus habilidades culinarias.