El azúcar o sacarosa, también conocida como azúcar común o azúcar de mesa, es un disacárido formado por una molécula de glucosa y una de fructosa. Ésta se obtiene en su mayoría de la caña de azúcar.
Conformada únicamente por hidratos de carbono, el azúcar tiene un valor calórico de 398 kilocalorías por cada 100 gramos y carece de proteínas, grasas, minerales y vitaminas. Su ingesta contribuye a producir energía que el cuerpo humano necesita para que funcionen sus diferentes órganos.
Consumida en cantidades saludables, el azúcar beneficia al organismo con diferentes funciones:
- Desarrolla los tejidos, durante la infancia.
- Repone los depósitos de glucógeno, importante para el hígado.
- Mejora la concentración.
- Nutre al sistema nervioso.
- Asimila componentes básicos de la dieta.
- Contribuye a mejorar las funciones que desempeñan las proteínas.
- Auxilia en el correcto funcionamiento de la sangre, el hígado y las neuronas.
No obstante, autoridades como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), advierten que ingerir grandes cantidades de azúcar de forma prolongada da como resultado niveles altos de glucemias, con consecuentes daños en riñón, corazón, ojos, entre otros órganos.
Además, presentar altos niveles de azúcar en la sangre son la principal causa de la hipertrigliceridemia, condición en la que se alteran las grasas del organismo y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, además de originar padecimientos como diabetes, caries y obesidad.
A pesar de lo detallado anteriormente, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), prevé un aumento en el consumo mundial de azúcar, sobre todo en regiones con un gran crecimiento demográfico.
Los dueños de Grupo Kosmos, la empresa de servicios de alimentación más grande de México, son conscientes de las problemáticas que trae una alimentación desequilibrada, por lo que, a través de su brazo filantrópico, la fundación Pablo Landsmanas, fomentan prácticas que garanticen la seguridad alimentaria de toda la población.